Las mentiras que nos contamos a nosotros mismos: autosabotaje y distorsiones cognitivas

Todos en algún momento nos hemos contado una mentira a nosotros mismos. A veces, lo hacemos de forma consciente para evitar una situación incómoda, pero en muchas ocasiones ni siquiera nos damos cuenta. Estas mentiras no son más que pensamientos distorsionados que surgen de creencias profundas y mecanismos psicológicos que buscan protegernos.

Sin embargo, lejos de ayudarnos, muchas de estas falsedades terminan convirtiéndose en barreras que nos impiden avanzar. Nos autosaboteamos sin darnos cuenta, repitiendo patrones de pensamiento que refuerzan nuestros miedos e inseguridades.

Pero, ¿por qué lo hacemos? ¿Qué hay detrás de estas distorsiones cognitivas y cómo podemos empezar a desmontarlas?

El autosabotaje: cuando somos nuestro peor enemigo

El autosabotaje es un fenómeno común en el que, de manera consciente o inconsciente, ponemos obstáculos en nuestro propio camino. Puede manifestarse de muchas maneras: procrastinación, miedo al éxito, evitar oportunidades, minimizar nuestros logros o compararnos constantemente con los demás.

Una de las razones principales del autosabotaje es la disonancia entre lo que queremos lograr y lo que creemos merecer. Cuando una parte de nosotros quiere avanzar, pero otra siente que no está preparada o que fracasará, buscamos justificaciones que nos mantengan en nuestra zona de confort.

Además, el autosabotaje está estrechamente relacionado con la baja autoestima. Si en el fondo creemos que no somos lo suficientemente buenos, encontraremos formas de confirmar esa creencia, aunque eso signifique alejarnos de lo que realmente deseamos.

Distorsiones cognitivas: las trampas de nuestra mente

Las distorsiones cognitivas son patrones de pensamiento erróneos que afectan nuestra percepción de la realidad. Son como filtros mentales que distorsionan los hechos y nos llevan a interpretaciones poco realistas o extremas. Algunas de las más comunes son:

1. Pensamiento todo o nada

Vemos las cosas en términos absolutos, sin puntos intermedios. Si algo no es perfecto, lo consideramos un fracaso total. Esto nos impide reconocer los pequeños logros y nos hace sentir que nunca es suficiente.

Ejemplo: “Si no consigo el trabajo que quiero, es porque soy un desastre y nunca lograré nada”.

2. Generalización excesiva

Tomamos una experiencia negativa y la extendemos a todas las áreas de nuestra vida. Si algo salió mal una vez, asumimos que siempre será así.

Ejemplo: “Si una vez fallé en una relación, significa que nunca encontraré a alguien que me quiera de verdad”.

3. Descalificación de lo positivo

Restamos valor a nuestros logros o a los aspectos positivos de nuestra vida. En lugar de reconocer nuestro esfuerzo, pensamos que fue cuestión de suerte o que cualquiera podría haberlo hecho.

Ejemplo: “Sí, aprobé el examen, pero fue pura casualidad, seguro la próxima vez no tengo tanta suerte”.

4. Lectura de mente

Asumimos que sabemos lo que los demás piensan de nosotros, generalmente interpretando sus pensamientos de manera negativa.

Ejemplo: “No me ha respondido el mensaje, seguro está molesto conmigo y no quiere hablarme más”.

5. Catastrofización

Exageramos las consecuencias negativas de una situación y asumimos que lo peor está por suceder.

Ejemplo: “Si cometo un error en la presentación, me despedirán y nunca volveré a encontrar trabajo”.

6. Etiquetado

Nos definimos a nosotros mismos con términos negativos basados en un solo error o experiencia.

Ejemplo: “Soy un fracasado porque no logré lo que me propuse”.

7. Personalización

Asumimos la responsabilidad de eventos negativos que no dependen de nosotros, cargando con una culpa innecesaria.

Ejemplo: “Si mis amigos no se divirtieron en la reunión, es porque yo no fui un buen anfitrión”.

Cómo romper con el autosabotaje y las distorsiones cognitivas

La buena noticia es que estos patrones de pensamiento pueden modificarse. La clave está en identificarlos y desafiarlos con una mirada más realista y compasiva.

1. Cuestiona tus pensamientos

Cuando te encuentres atrapado en una distorsión cognitiva, pregúntate:

  • ¿Esto es un hecho o solo una interpretación?
  • ¿Estoy viendo la situación desde una perspectiva equilibrada?
  • ¿Qué le diría a un amigo si pensara lo mismo de sí mismo?

Este ejercicio ayuda a separar la realidad de las creencias limitantes.

2. Acepta la imperfección

No hay decisiones perfectas, ni caminos sin errores. Equivocarse no define quién eres, sino que es parte del aprendizaje. En lugar de castigarte por cada fallo, intenta verlo como una oportunidad para crecer.

3. Aprende a reconocer y celebrar tus logros

No minimices tus avances. Celebra cada paso, por pequeño que sea, y reconoce el esfuerzo que pones en cada cosa que haces.

4. Enfócate en lo que puedes controlar

Muchas veces, nos preocupamos por factores externos que escapan a nuestro control. Enfócate en lo que sí puedes hacer y deja de lado lo que no depende de ti.

5. Rodéate de personas que te impulsen

El entorno influye en nuestra forma de pensar. Busca personas que te apoyen y te ayuden a ver las cosas desde una perspectiva más positiva.

Conclusión

Las mentiras que nos contamos pueden parecer inofensivas, pero a largo plazo nos limitan y refuerzan nuestros miedos. Aprender a identificar y cuestionar estos pensamientos es un paso esencial para liberarnos del autosabotaje y avanzar con mayor confianza en nuestra vida.

El cambio no ocurre de un día para otro, pero con práctica y paciencia, podemos reprogramar nuestra mente para ver la realidad de manera más equilibrada y compasiva. Al final, la verdad más poderosa que podemos decirnos a nosotros mismos es que somos capaces de crecer, aprender y construir la vida que realmente queremos.

Comparte en tus redes

También te puede interesar